¿Costumbres lobunas?


Más del 54% de los ataques de lobo se produjeron al sur del Duero entre los años 2005 y 2012 y casi el 30% con expedientes tramitados (quejas formalizadas) en las reservas regionales de caza, según la Consejería de Medio Ambiente. Según las fuentes oficiales, la Junta ha pagado a modo de indemnización a los ganaderos es de 1.742.234 euros.

Cadáveres de ovejas

Cadáveres de ovejas. Fuente: rtvcyl.es

No deja de llamar la atención que un lugar como la Sierra de la Culebra, cuna de lobos, no lidere el orden de lugares de la región que mayor incidencia de ataques cánidos ha tenido. De hecho, la Sierra cuenta con un promedio de 18,3 expedientes al año por ataques de lobo entre los años 2007 y 2012. Para ese mismo periodo, otras reservas de la Comunidad superaban la veintena de expedientes, como Fuentes Carrionas (64), Riaño (50) y los casos de la leonesa Los Ancares y Mampodre. Sólo la reserva de las Lagunas de Villafáfila tiene un promedio de 2 expedientes al año.

¿Acaso la sierra le resulta aburrida al lobo? No quiero resultar frívolo, aunque haya hecho una pregunta retórica de tal interpretación. Desde un punto de vista oficial y oficioso, el bajo índice de ataques lobunos en la Culebra se puede explicar por la gestión cinegética del espacio protegido, pero también por el abandono de la actividad ganadera.

Según José Manuel Soto, responsable de Medio Ambiente de la Unión de Campesinos COAG, en muchos de los pueblos del territorio de la Sierra la cabaña ganadera está «abandonada«. A su vez, asevera que hay muchos rediles, antiguos cuarteles de oveja, sin una sola oveja, valga la redundancia; y que buena parte de los ataques de lobo se dan en los límites mismos de la Sierra. Dudo que los cánidos tengan conocimientos cartográficos, o de división geopolítica del terreno, pero Soto insta a los ganaderos a que denuncien cualquier ataque.

Nuevos hábitos

El hecho de que más de la mitad de los expedientes que tramitan los ganaderos como denuncias frente a los ataques de lobos al ganado se produzcan al sur del Duero me invita a la reflexión. Hasta el repunte de la población del lobo de los últimos diez años, buena parte de los ganaderos extensivos estaban más acostumbrados a su presencia en la zona norte de la región que en la del sur.

El incremento de la población del depredador cánido fue acompañado de una migración y/o desplazamientos hacia otros lugares, llegando a zonas de Ávila y de la Comunidad de Madrid, como apunté brevemente en la entrada lobos humanos. En los últimos años se han datado ataques altamente dañinos en explotaciones ganaderas que, a diferencia de la tradición de antaño asociada a los Picos de Europa, ya no se ubican en exclusividad en el tramo norteño de la región.

La falta de medios (muchos rediles no son precisamente fortalezas) para combatir ataques lobunos, así como la falta de costumbre para proteger al ganado ovino y caprino, dio ciertos titulares de matanzas de cabezas de ganado en diferentes explotaciones extensivas. Sólo por tomar como referencia el año 2013,  hubo cuarenta ovejas muertas en mayo en El Cubo del Vino (sur de la provincia de Zamora), como primer incidente del año, y nueve ovejas de unas quinientas atacadas en una finca de Fuentelapeña (también en Zamora).

Redil en Zuares del Páramo (León)

Redil en Zuares del Páramo (León). Fuente: fotopaises.com

Concluyo diciendo que, aunque parajes como la Sierra de la Culebra son hábitat natural de lobos, sus desplazamientos y ataques hay que verlos con una óptica mayor, con kilómetros de distancia desde el límite oficial de la Sierra. ¿No estamos solos? Evidentemente no. A pesar de que La Culebra tiene un nivel bajo de quejas tramitadas o expedientes para los últimos siete años (en comparación con otros lugares), los ganaderos que recogen los cadáveres de las ovejas no están contentos.

Los próximos años serán positivos si la cohabitación de animales de ganado y depredadores no pierde su necesario equilibrio.

Deja un comentario